Tengo que reconocer que, al principio, cuesta un poco acostumbrarse a la sensación al tumbarse. Empieza encima de una cama y con ropa y poco a poco acabarás sin ropa y en el suelo, merece la pena. Te deja nuevo, y me encanta usarlo el los pies al levantarme, ¡¡mejor que el café para despertar!!
Además, he probado otras de imitación y nada que ver, no es barato, pero lo vale.